15. El pequeño libro volante


ue un golpecito 
en la punta de la nariz  muy suave, casi una caricia lo que me hizo abrir los ojos sin ser de noche. No estaba dormida, ni siquiera sentía el cansancio de tantos soles...

Me incorporé y lo vi sobre mi regazo. Era muy chico, muy chico, y aleteaba como un pajarillo herido. Apenas sabía volar. Lo cogí y me lo acerqué a los ojos: era un libro volante bebé. Contaba con muy pocas hojas y la mayoría estaban aún por escribir; tenía las tapas blanditas y unas páginas que era necesario pasar con cuidado para que no se deshicieran solo con el tacto.

Libro sin nombre, rezaba la portada. Luego un folio en blanco, y otro, y así hasta que fueron llegando las primeras letras, tan hermosas que… Las leí, las leí en voz alta para que tú me escucharas y Titus B., aunque malhumorado, se despertase. No lo hizo, pero tú si podrás oírme.

Escucha, viajero... 🙃

✏️ Imagen de cabecera: autor ¿desconocido? 🤔

Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 29 de octubre de 2013 en el blog Cuentos de Brocelianda 🦉🕊

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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🦀🌙 Lola 🐡🐧

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