🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él ... Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas ... La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo... John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poquitas esm

La vida de los libros

Pierre-Auguste Renoir, "Retrato de Jean y Geneviève  Caillebotte" (1895)

Ottilia Adelborg (1892)

Los libros también tienen vida. Aunque egoístas como somos creamos que no, que la vida solo es propia de los seres que llevan sangre o savia correteando de arriba abajo por el cuerpo.

Los libros viven y su vida en ocasiones se parece mucho, tal vez demasiado, a la nuestra: capaces como son de arañar gloria y miseria.

Abandono.

Olvido.

Soledad.

La claridad que se cuela por la rendija del bolsillo de una chaqueta que lo pasea orgullosa por las calles.

O la oscuridad.
Arthur Hughes
Arthur Hughes

Esa que llena el rincón más polvoriento de una habitación que ya nadie abre, y que le sirve de carcelera...

Uno de ellos está ahora aquí, conmigo, amodorrado entre un montón de cuadernos y bolígrafos de colores sobre mi escritorio, tan cerca que me roza la piel mientras esto escribo.


Quería gustarme y yo no le hice caso... Pobre criatura de papel.

De manera que hoy, al tomarlo entre los dedos poniendo cuidado de que no lo vaya a rozar el aire, no soy capaz de alejar de mi cabeza la idea de que a lo mejor una vez, apretujado en el último hueco de la estantería, una lágrima invisible se formó en su barriguita de hojas con la tinta deshecha de las letras.

Por mi culpa...


Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 5 de noviembre de 2013 en el blog Cuentos de Brocelianda

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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✨️ Lola ✨️

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