🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él ... Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas ... La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo... John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poquitas esm

Las cenizas de Pompeya (II)

Peter Johan Valdemar Busch, "Pompeya"

Se llamaba Giuseppe Fiorelli.

Estaba ya por aquel entonces bien andado el siglo XIX.

Y el mundo académico se disponía a nombrarlo primer director científico de las excavaciones de Pompeya.

Giuseppe Fiorelli
Giuseppe Fiorelli

Pompeya.

Nuestra ciudad de las cenizas. La tumba hecha de lava vomitada por un volcán.

Sus manos de arqueólogo la descubrieron intacta... dormida como estaba desde hacía más de 1.500 años entre las sábanas negras del sarcófago que le había regalado el viejo volcán: aquel Vesubio rico... siempre vestido con su traje de pinos, de olivos, de viñas, que para ella no había sido nunca más que una montaña temblorosa.

Una montaña que no la sepultaría.

Y descubrió los moldes: los de los animales, los de los hombres.

Inyecta yeso, Giuseppe Fiorelli, en esos moldes. Y le salen los cuerpos. Y le salen las bocas abiertas. Y los dientes apretados. Y los brazos que luchan por agarrarse a la eternidad.

Él los saca de sus huecos vacíos.

Y los enseña al mundo. Y el mundo contemplará por vez primera unos fantasmas de escayola. El relleno de las almas que, un día, colmaron de vida una ciudad confiada que jamás llegó a pensar siquiera en la muerte.

✏️ Imagen de cabecera: Peter Johan Valdemar Busch, Pompeya

Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 19 de junio de 2012 en el blog Cuentos de Brocelianda

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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