🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él ... Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas ... La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo... John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poquitas esm

Pintor de sombras (III)

Nació en un pueblecito cercano a Bérgamo, en el corazón de una Lombardía rebelde -desde el punto de vista artístico- que, poco a poco, se iba alejando de la académica maniera de los demás artistas italianos. Y, a que no sabes cómo se llamaba... ¿lo sabes?

Caravaggio.

Se llamaba -y se sigue llamando- Caravaggio el lugar que fue su cuna en aquel 1571 y que le prestaría el nombre con el que los conoceríamos, desde el ocaso del XIX, a los dos: al pueblo y a él.

Caravaggio, "La vocación de san Mateo" (1599-1600)
Caravaggio, La vocación de san Mateo
(1599 - 1600)
Luego vendría un día... uno de 1584 en el que, protegido por el príncipe Colonna, Michelangelo Merisi entraría al taller del pintor Simone Peterzano. Y empaparía sus primeras obras de la influencia no solo de aquel que fue su maestro, sino de otros grandes como Leonardo da Vinci, Lorenzo Lotto, Tiziano, Giorgione, Giovanni Bellini, Andrea Mantegna o Giulio Romano... en un Milán en el que una nueva escuela se abría camino en la pintura: mientras trataba en sus temas la vida cotidiana y tenía una forma tan distinta de abordar la luz...

Será aquí donde Michelangelo aprenda el concepto de claroscuro; será aquí donde se dé cuenta de que no existe en el mundo -y en el arte- una única (el cielo) fuente de luz.


A pintar.

Quería pintar. Era lo que más quería y Milán se le quedaba chico para ello.

Andaremos con él el camino, llenito de peligros que se lo va a encontrar. Pero eso ya será mañana, sí, mañana lo andaremos con él...

Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 12 de julio de 2012 en el blog Cuentos de Brocelianda

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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✨️ Lola ✨️

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