
Nació en un pueblecito cercano a Bérgamo, en el corazón de una Lombardía rebelde -desde el punto de vista artístico- que, poco a poco, se iba alejando de la académica maniera de los demás artistas italianos. Y, a que no sabes cómo se llamaba... ¿lo sabes?
Caravaggio.
Se llamaba -y se sigue llamando- Caravaggio el lugar que fue su cuna en aquel 1571 y que le prestaría el nombre con el que los conoceríamos, desde el ocaso del XIX, a los dos: al pueblo y a él.
![]() |
Caravaggio, La vocación de san Mateo (1599 - 1600) |
Será aquí donde Michelangelo aprenda el concepto de claroscuro; será aquí donde se dé cuenta de que no existe en el mundo -y en el arte- una única (el cielo) fuente de luz.
![]() |
Anónimo, Peregrinos en Roma durante el jubileo de 1300 (c. 1300) |
A pintar.
Quería pintar. Era lo que más quería y Milán se le quedaba chico para ello.
Andaremos con él el camino, llenito de peligros que se lo va a encontrar. Pero eso ya será mañana, sí, mañana lo andaremos con él...
Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 12 de julio de 2012 en el blog Cuentos de Brocelianda
![]() |
✨️✨️ No te vayas, peregrin@, sin dejar un comentario... 🙏🏻 Que, mientras esté formulado desde el respeto, será muy bien recibido 🙃✨️✨️
✨️ Lola ✨️
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por ser parte de mi mundo 😇🙏🏻