🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él ... Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas ... La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo... John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poquitas esm

21. De cuanto había escrito en el libro volante (III): Fedor Dostoiewski, "Crimen y castigo" (fragmento)

Fedor Dostoiewski, "Crimen y castigo"


         <<(...) ‑ ¡Lo vas a matar! ‑grita uno de los espectadores.

‑ Seguro que lo mata ‑dice otro.

‑ ¿Acaso no es mío? ‑ruge Mikolka.

Y golpea al animal con todas sus fuerzas. Se oye un ruido seco.

‑ ¡Sigue! ¡Sigue! ¿Qué esperas? ‑gritan varias voces entre la multitud.

Mikolka vuelve a levantar el palo y descarga un segundo golpe en el lomo de la pobre bestia. El animal se contrae; su cuarto trasero se hunde bajo la violencia del golpe; después da un salto y empieza a tirar con todo el resto de sus fuerzas. Su propósito es huir del martiriopero por todas partes encuentra los látigos de sus seis verdugosEl palo se levanta de nuevo y cae por tercera vezluego por cuarta, de un modo regular.

Mikolka se enfurece al ver que no ha podido acabar con el caballo de un solo golpe.

‑ ¡Es duro de pelar! ‑exclama uno de los espectadores.

‑ Ya veréis como cae, amigos: ha llegado su última hora ‑dice otro de los curiosos.

‑ ¡Coge un hacha! ‑sugiere un tercero‑. ¡Hay que acabar de una vez!

‑ ¡No decís más que tonterías! ‑brama Mikolka‑. ¡Dejadme pasar!

Arroja el palo, se inclina, busca de nuevo en el fondo de la carreta y, cuando se pone derecho, se ve en sus manos una barra de hierro.

‑ ¡Cuidado! ‑exclama.

Y, con todas sus fuerzas, asesta un tremendo golpe al desdichado animal. El caballo se tambalea, se abate, intenta tirar con un último esfuerzo, pero la barra de hierro vuelve a caer pesadamente sobre su espinazo. El animal se desploma como si le hubieran cortado las cuatro patas de un solo tajo.

‑ ¡Acabemos con él! ‑ruge Mikolka como un loco, saltando de la carreta.

Varios jóvenes, tan borrachos y congestionados como él, se arman de lo primero que encuentran ‑látigospalosestacas‑ y se arrojan sobre el caballejo agonizante. Mikolka, de pie junto a la víctima, no cesa de golpearla con la barraEl animalito alarga el cuelloexhala un profundo resoplido y muere.

‑ ¡Ya está! ‑dice una voz entre la multitud.

‑ Se había empeñado en no galopar.

‑ ¡Es mío! ‑exclama Mikolka con la barra en la mano, enrojecidos los ojos y como lamentándose de no tener otra victima a la que golpear.

‑ Desde luego, tú no crees en Dios ‑dicen algunos de los que han presenciado la escena.

El pobre niño está fuera de sí. Lanzando un grito, se abre paso entre la gente y se acerca al caballo muertoCoge el hocico inmóvil y ensangrentado y lo besabesa sus labios, sus ojos. Luego da un salto y corre hacia Mikolka blandiendo los puños. En este momento lo encuentra su padre, que lo estaba buscando, y se lo lleva>>.

✏️ Imagen de cabecera: Fedor Dostoiewski, Crimen y castigo

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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✨️ Lola ✨️

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